Un espectador de teatro paga por mirar, por sentarse confortablemente en su butaca para disfrutar de un espectáculo. En esa relación de miradas todo está predeterminado: quien acude a ver una obra sabe cómo comportarse cuando se encienden los focos, que debe reírse tras los chistes de los protagonistas o que debe llorar en las escenas dramáticas… Vooyeur es todo lo contrario, es una experiencia imprevisible para mirones vocacionales, para que los espectadores se conviertan en ‘voyeurs’. Esta obra es la respuesta a una pregunta sencilla y provocativa: ¿Qué harías si te encontrarás con una pareja practicando sexo a escasos metros de ti… y no pudieras marcharte ni mirar para otro lado?