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La transición del vino de la barrica a la botella es un momento delicado.
El acierto de una bodega con el embotellado de sus vinos es fundamental.
El vino se prepara mediante acciones como la clarificación (eliminar sustancias sólidas suspendidas) o la estabilización (añadir productos para liberarlo de elementos que lo podrían perjudicar durante el envejecimiento).
Toda botella de vino que se aprecie de tal debe tener alguna etiqueta, por diminuta e intrascendente que parezca, que cuente minimamente con cierta información sobre el vino que contiene.
Para los vinos embotellados de consumo directo, la etiqueta es el último mensaje que puede recibir el consumidor antes de que el vino llegue a su copa.
La información y diseño de una etiqueta es muchas veces la carta de presentación de una celebración, fiesta, aniversario, etc, por ello ésta debe ser lo más completa, clara y personalizada posible.