Teatro Apolo

Rambla Obispo Orberá, 25, Almería, 04001
Teatro Apolo Teatro Apolo is one of the popular Arts & Entertainment located in Rambla Obispo Orberá, 25 ,Almería listed under Arts & entertainment in Almería ,

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El Teatro Apolo de Almería es el espacio escénico más antiguo de la capital. Aunque su proyecto se atribuye al arquitecto municipal Trinidad Cuartara Cassinello, y así parece desprenderse de algunos artículos de la prensa del momento, no existen datos en los archivos ni documentos oficiales que lo demuestre. El historiador Emilio Villanueva, en su obra “Urbanismo y Arquitectura en la Almería moderna” nos informa que estaba en construcción en el año 1881, sin especificar la fecha en la que se iniciaron las obras. Constituye uno de los edificios más misteriosos de la ciudad, tanto por las dudas que se ciernen sobre su autoría así como por el perfil masónico de los personajes que lo propiciaron.



Algunos investigadores afirman que se levantó sobre un solar en que con anterioridad estaba el “antiguo” Teatro Calderón. Sin embargo, otros autores niegan la existencia de un teatro anterior en ese lugar. Argumentan que el nombre “Calderón” estaría relacionado con el nombre de la parcela que ocuparía el Apolo y no con un lugar para espectáculos, ya que una ubicación tan periférica en su momento no tendría mucho sentido. Máxime, existiendo otras posibilidades más céntricas y de más cómodo acceso.

Su construcción fue promovida por una agrupación que se definía como promotora de actividades recreativas (bailes, conciertos, teatro…) llamada "Sociedad de los Veinte". De ella fue gerente y personaje de gran influencia Sebastián López Muñoz, miembro de la logia “Unión y Justicia” y por lo tanto, vinculado a la masonería almeriense como Trinidad Cuartara. Algunos investigadores proponen a Sebastián López como el principal instigador de la construcción del teatro. Vinculado al republicanismo y al pensamiento liberal, se implicará en el desarrollo de algunas sociedades populares que propiciaban la protección de las clases más desvalidas. Entre ellas, la "Sociedad Cooperativa de Obreros de Almería", la "Bienhechora" o "La Lealtad".



Sebastián López Muñoz, cuyo nombre simbólico era "Milton", sostenía que las ideas democráticas no podían estar vinculadas a la religión. Era partidario de la creación de Ateneos y de la conciliación pacífica entre las distintas clases sociales. Esta visión de una comunidad participativa y armoniosa, sostenida por algunos masones republicanos que propiciaban el reformismo, les llevó a potenciar recursos que permitieran la divulgación de tales ideas. Pretendieron una didáctica facilitada a través de las representaciones teatrales, las conferencias y la participación en foros intelectuales entre los distintos niveles sociales. Conviene aclarar que en esta interrelación planteada por la aristocracia almeriense no tenían cabida las clases populares, ante las que tomaron una actitud de protección paternalista pero excluyente.

Estos puntos de encuentro de capitalistas y burgueses locales, para desarrollar sus propios paraísos intelectuales, cumplían el objetivo de liberalizar costumbres y proporcionar actividades ajenas a la influencia de la encorsetada moral de la iglesia. Centros de barniz progresista y sociedades recreativas fueron duramente atacadas por la derecha conservadora, en un momento en el que la burguesía capitalina buscaba formas culturales de expansión. En pleno auge del periodo protagonizado por la desamortización de bienes eclesiásticos, la "Sociedad de los Veinte" adquirió solares en la conocida huerta de Los Arcos.



El solar se compró con la pretensión de levantar un edificio en el que pudieran tener lugar diferentes actividades lúdicas. Se emitieron acciones para poder financiar el proyecto, siendo propietarios de la empresa los socios contribuyentes. De hecho, el teatro fue pensado para el uso exclusivo del grupo de socios que lo financiaban; de ahí las reducidas dimensiones del mismo. Esto le confirió, desde sus orígenes, un marcado carácter elitista que entraba en contradicción con el ideario liberal y aperturista que pretendía practicar sus patrocinadores.



A finales del siglo XIX el Ayuntamiento organiza las antiguas huertas en las proximidades de la Rambla de Belén, parcelándolas bajo el término de “cuadras” con el propósito de urbanizarlas. Es en este momento cuando se inicia la construcción del Mercado de Abastos y otros edificios emblemáticos de la capital, la mayoría de ellos palacetes y casas señoriales, sobre solares adquiridos a bajo precio por la aristocracia almeriense. Podemos citar como ejemplo la casa-palacio de Juan Lirola, capitalista uvero miembro del Partido Liberal y alcalde de Almería en distintas ocasiones. La residencia del adinerado empresario fue realizada también por Cuartara y es actualmente sede de la Diputación Provincial.
colocación de la primera piedra debió producirse durante el año 1881. Fernando Ochotorena en su libro “La vida en la ciudad de Almería. Siglo XIX” nos cuenta como en la feria de Agosto del año 1882 ya se realizaron actuaciones en el Apolo, que contaba con más de 450 localidades. En el periódico “La Crónica Meridional” (Abril, 1881) podía leerse:



"Debemos poner en conocimiento de nuestros abonados que el teatro que se está levantando en la Rambla de Los Hileros sigue muy adelantado en su construcción, pues además de haberse empezado a colocar los sillares sobre los cimientos de los muros exteriores, se está trabajando con gran actividad en la parte que ha de formar el escenario."



En febrero de 1882 el Ayuntamiento de Almería informa a la "Sociedad de los Veinte" que, por su parte, el local cumple con todos los requisitos legales de seguridad y ordenamiento urbanístico y que para su apertura definitiva sólo estarían pendientes los permisos necesarios cuya emisión corresponde al Gobierno Civil. Según el historiador Antonio Sevillano en su artículo “El Teatro Apolo. Desde sus orígenes hasta la restauración” (elalmeria.es), el jueves 27 de abril de 1882 fue inaugurado por la compañía del actor Rafael Calvo, representando la obra “La vida es sueño” de Calderón de la Barca y el paso de comedia en un acto, en verso, “Esos son otros López” de Emilio Álvarez (1869). Fue un éxito absoluto de público y crítica, continuándose el programa con creaciones de autores clásicos como Tirso de Molina, Lope de Vega y Shakespeare, entre otros. También actuará el compositor y guitarrista Francisco Tárrega el 8 de febrero de 1890.
Fue centro de reuniones y conferencias de la burguesía progresista. En una de las conferencias que celebró en este local la "Federación Local de Sociedades Obreras" en el año 1899 surgió la Agrupación Republicana-Socialista “Germinal”, que entre sus primeras reivindicaciones plantearon la revisión del proceso de Montjuich y la derogación de la Ley del 96 contra el movimiento anarquista. Propugnaban la lucha contra el caciquismo, la moralidad administrativa, el sufragio universal real, separación de los poderes del estado pero, sobre todo, la obligatoriedad de extender la enseñanza primaria a todos los niños de la provincia.



Cuando el teatro cambia la dirección, los nuevos gerentes dan un giro al tipo de espectáculos que se representaban en él. Se convierte en un café-cantante, contra el que se pondrá de forma inmediata la sociedad conservadora capitaneada por la iglesia católica. Se afirma que el local es un antro en el que se cometen todo tipo de actos inmorales y se practican juegos de azar prohibidos. A pesar de tal batería de acusaciones, el gobernador civil autoriza su apertura, hecho que se produce el mes de octubre de 1896. Para esa ocasión contratarán al cantante flamenco de origen malagueño Juan Breva. Le acompañan en el cartel otras vocalistas famosas como La Garabita Chica y La Gaditana.

A principios del siglo XX fue punto de encuentro de los activistas republicanos de la provincia. Durante los años veinte alojó la sede de la "Cooperativa de Funcionarios Públicos", que duraría hasta el inicio de la Guerra Civil. Una vez finalizada la contienda, la dictadura de Franco instala allí las oficinas de la Obra Sindical de Educación y Descanso de la Organización Sindical española. En los años 1940 y 1941 se llevan a cabo algunas modificaciones de poca envergadura, construyéndose un foso para la orquesta.




Será el arquitecto Antonio Góngora Galera quien en 1960 realizará una transformación de mayor importancia con el propósito de adaptar el local para sesiones cinematográficas. Aunque mantiene el escenario para poder seguir celebrando representaciones teatrales, suprimirá los palcos para dejar espacio a la pantalla y poder ampliar la sala de butacas. También creará una cabina de imagen y sonido en el piso superior. Finalmente el teatro será adquirido por el Ayuntamiento, que lo dedicará al Área de Cultura.

Actualmente, de lo que fuera el antiguo Teatro Apolo de Almería apenas queda la fachada. Protagonizó el último capítulo de su rehabilitación durante el año 1987 bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Almería.

El 24 de Noviembre de 1993 fue abierto nuevamente al público, asistiendo a la inauguración de su nueva singladura el presidente de la Comunidad Autónoma de Andalucía, Manuel Chávez y la reina de España, Sofía de Grecia.

Descripción del edificio

El conjunto se componía de tres edificios, de los cuales el principal, el del teatro propiamente dicho, tenía forma sensiblemente rectangular y se encontraba en considerable estado de abandono. En el interior, la sala constaba de un patio de butacas y un pequeño anfiteatro sobre el fondo del mismo, que se prolongaba por los laterales mediante unos palcos. De este modo, se conformaban proscenios en ambas plantas, que ayudaban a configurar la embocadura del escenario.

Todo el cuerpo alto se sujetaba mediante columnas, estucadas en planta baja y de fundición en la superior, de órdenes jónico y corintio respectivamente, rematando la planta alta arcos rebajados sobre los que se apoyaba la cubierta original. El falso techo tenía forma de artesa invertida, bordeada por una sencilla moldura perimetral. El antepecho corrido del anfiteatro y palcos era de fundición, formado por figuras geométricas, y rematado por un sencillo pasamano.

El teatro contaba con un vestíbulo trapezoidal junto a la fachada, que albergaba una escalera de acceso al anfiteatro, los aseos y taquillas, quedando reducido a una mínima estancia de paso. El escenario presentaba un tamaño bien proporcionado en relación con la sala. Las fachadas, por último, fueron construidas en piedra arenisca de gran dureza y revocadas, encontrándose considerablemente deterioradas en sus acabados.

Dando fachada a la calle Obispo Orberá, y a la derecha del teatro, aparecía un segundo edificio, edificado en dos plantas y ligeramente retranqueado, con un pequeño patio en fachada. Se completaba el conjunto con un tercer edificio, también de dos plantas y cubierta plana, situado al fondo del escenario y haciendo esquina a las calles Juan Lirola y Teniente Acosta Laynez.


El interor del teatro

La primera concepción estética del teatro Apolo presentaba un aspecto diferente al que podemos contemplar después de la restauración efectuada a finales del siglo XX. Contaba con espacio para palcos en sus dos pisos. Eran de arco elíptico sostenidos en delgadas columnas de tendencia gótica y adornos modernistas. Estaban separados entre ellos por muros bajos, lo que impedía la privacidad. Techos y paredes estaban adornados con molduras en yesería adornada con policromía. Alrededor de toda la herradura de palcos corría una balaustrada de hierro fundido.


La entrada de público se efectúa por tres arcos de medio punto abocinados, con las claves abrochadas por ménsulas. Sobre ellos reposa un ático con óculos de clave resaltada y pilastras, cuyos capiteles muestran motivos teatrales. Lo remata un cuerpo con óculo central con dos ventanas a los lados y sobre él un frontón triangular listo.

Propuesta de intervención

Gracias al hallazgo de tres antiguas fotografías del estado primitivo del teatro, se ha podido recomponer con bastante exactitud el estado original del edificio. Esta documentación apareció, sin embargo, en una fase avanzada del proyecto, lo que supuso la marcha atrás en algunas decisiones ya tomadas y las consiguientes dilaciones, compensadas evidentemente por la mayor fiabilidad y precisión que alcanzaban las condiciones de partida.

De los elementos originales no se conservaban ni tan siquiera los moldes de las piezas de fundición, por lo que una reconstrucción de la sala que reprodujera su imagen de origen no ha parecido aconsejable. En cambio, sí fue posible recomponer su tipología, operando con elementos seleccionados de la arquitectura actual, dentro del exigible respeto al conjunto del edificio.

Así entendida, la propuesta consistió en recuperar el anfiteatro y los palcos con su contorno primitivo, pero colocando las columnas algo más próximas a los muros (el cuerpo superior queda ligeramente en vuelo hacia el vacío del patio de butacas), al objeto de dejar entre muros y columnas la dimensión justa del pasillo, aprovechando íntegramente la luz entre aquéllas para la colocación de las butacas.

Por otra parte, se demuelen los recrecidos de los muros laterales, construidos en la última reforma, restituyendo la cubierta a su altura original y recomponiendo, de esta forma, el volumen interior de la sala.

El programa se completa con los siguientes usos de los edificios anexos:

Edificio en la esquina Juan Lirola/Teniente Acosta Laynez. Incluye: recepción, dirección y administración, camerinos, vestuarios de tramoyistas y limpiadoras, salas de ensayos, lectura y maquinaria. Este edificio dispone de comunicación con la escena en dos niveles diferentes.
Edificio entre medianeras en la calle Obispo Orberá. Incluye el vestíbulo de planta baja, con aseos públicos, el vestíbulo del anfiteatro con bar y aseos públicos y sala de maquinaria.

En cuanto a las instalaciones escénicas (peine, maquinaria, iluminación, etc.), el estado en que se encontraban cuando se abordó la intervención, obligaba a su completa sustitución. En este sentido, el adecuado encaje del peine y telones ha requerido un aumento de la altura de la cubierta en la zona del escenario. Asimismo, el proyecto introduce una estructura complementaria que permite la articulación y manejabilidad de la instalación escénica.

El aforo total del teatro, entre platea, palcos y anfiteatro, alcanza en la actualidad las 424 localidades.




Texto extraído de la página " EL TEATRO APOLO DE ALMERÍA" La Masonería como telón de fondo. Artículo de Milagros Soler Fernández y Fotografía de Jesús Vilchez.

Y de la página Junta de Andalucía- Arquitectura pública de Andalucía

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