En 2012, Shipshape obtiene los permisos necesarios para la construcción y certificación de embarcaciones de madera lo que se materializa en 2013 en sus dos primeros cascos: dos modelos diferentes, ambos aptos para vela, remo y motor.
A partir de ese momento, y una vez demostrado el gran éxito de ambos modelos, el principal quehacer de Shipshape pasa a ser el sector de la construcción de embarcaciones ligeras de líneas clásicas. En ellas se propone, además, un concepto distinto e innovador en náutica de recreo, ya que no solo se centra en su condición deportiva, sino que busca acercar al público en general, enfocándose para ello en su aspecto social y familiar.