Lo que queda de una grandísima finca, toda ella un pedregal y transformada con el trabajo y sudor de los frailes y seminaristas en un vergel. Hoy expropiada todavía muestra su antiguo explendor especialmente en el claustro y Capilla Principal. HOY por la escasez de vocaciones a la vida religiosa, es Casa de Espiritualidad, llamada La Abadía de San José.