Sala Dante

El proyecto de la Sala Dante surge como una iniciativa personal como músico al analizar la situación cultural actual, y por consiguiente, los espacios disponibles para llevar a cabo eventos artísticos en la ciudad de Palma de Mallorca.

Actualmente, las salas referentes de Palma de Mallorca disponen de un gran aforo (1000 personas o más) y de un gran escenario en el cual se puede llevar a cabo cualquier tipo de evento. Es un hecho que estas salas tienen un coste elevado de mantenimiento y por tanto de alquiler, y en el caso que un artista o asociación pueda asumir ese coste, hay pocas facilidades a la hora de realizar ensayos, elegir una franja horaria cómoda y otras necesidades que un artista considera básicas para su actividad. El problema que presentan estas salas al artista es obvio: los costes para realizar su proyecto son demasiado elevados, sin que se tenga asegurado un rendimiento que permita ni siquiera recuperar la inversión.

Por otro lado, conviven con estos grandes auditorios las pequeñas salas, que si bien son económicamente más asequibles, no están acústica o técnicamente preparadas para alojar eventos musicales o teatrales. Además presentan los inconvenientes de estar situadas en localizaciones con problemas de accesibilidad y aparcamiento y, sobre todo, de no poseer un escenario polivalente. Las desventajas para el artista son, de nuevo, claras: aunque el coste es menor, las condiciones que ofrecen estas salas no permiten realizar actuaciones de calidad y descartan los proyectos que requieren un escenario de grandes dimensiones.

Por ello, y no sin antes estudiar el mercado y consultar con gran número de artistas del panorama actual, llegamos a la conclusión de que la ciudad de Palma de Mallorca no dispone de una sala de un aforo medio, con una acústica proyectada para fines polivalentes, con localización y accesibilidad adecuada, además de lo que se considera fundamental: un gran escenario multifuncional con un equipo humano capaz de gestionar y planificar eficientemente, dispuesto a satisfacer las necesidades que todo artista, ponente o asociación pueda necesitar (disponibilidad horaria, ensayos suficientes, acceso al personal y equipamiento requerido para la actividad ) sin que todo ello sea económicamente insostenible tanto para el artista como para la sala.