En este marco histórico conformado por la impronta benedictina se sitúa la moderna instalación hostelera rehabilitada recientemente y situada en un espacio en el que converge la historia y el futuro, la nostalgia y el vanguardismo.
En torno al siglo II llegaron a estas tierras los romanos en busca de oro y descubrieron un lugar con un encanto especial: Las Tierras de Doade y Amandi. Diecinueve siglos más tarde, aunque quedan pepitas de oro a lo largo del aurífero Sil, ya no se viene a la Ribeira Sacra buscando este precioso metal (aunque haber hailo) sino que el "lait motiv" del viaje es la búsqueda de la belleza natural, gastronomía y huída hacia el encuentro con la madre tierra.
En este marco histórico conformado por la impronta benedictina se sitúa la moderna instalación hostelera rehabilitada recientemente y situada en un espacio en el que converge la historia y el futuro, la nostalgia y el vanguardismo. Un grupo de arquitectos y diseñadores confluyeron en un mismo sueño: revivir la microhistoria de una pequeña aldea de la Galicia interior donde las texturas se fusionan con el diseño.