Renuevo

NUESTRA HISTORIA: En la década de los ’90 en el barrio murciano de Santa María de Gracia, comenzaron las primeras reuniones con los misioneros Stefan Svensson y su esposa Marie. A ellos se sumaron otras personas y matrimonios que también colaboraron en varias etapas de esta entidad. A partir de 2005, el pastor Alejandro Palacios y su esposa Lili junto a otros obreros y colaboradores sirven al Señor en la dirección y coordinación de esta iglesia local.
NUESTRO PROPÓSITO: Ser una comunidad de seguidores de Cristo, siguiendo el ejemplo de los primeros cristianos, que “se mantenían en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y las oraciones”. Vivir el evangelio, vivir a Cristo día a día y compartirlo con los que están a nuestro alcance.
NUESTRA REGLA DE FE Y CONDUCTA: La Biblia es nuestra infalible y suficiente regla de fe y conducta. Creemos que las Sagradas Escrituras, son verbalmente inspirados por Dios y son la revelación de Dios para el hombre. Creemos que el Padre es Dios, que Jesús es Dios y que el Espíritu Santo es Dios. Tres personas coexistentes, coeternas de las que Dios se conforma. Creemos que el único Dios verdadero se ha revelado como el eterno existente en sí mismo "YO SOY", el Creador del cielo y de la tierra y Redentor de la humanidad
UNA FAMILIA EN CRISTO: La iglesia congrega a cerca de cien personas de todas las edades y varias nacionalidades pero mayormente españoles . El local de reuniones es multifuncional, sirve de cafetería, banco de alimentos, sede de una ONG, y muchas otras actividades. Desde sus inicios, Renuevo ha tenido una clara orientación hacia la restauración de los heridos. El propio nombre de Renuevo es profético. Se utiliza referido a Jesús, y manifiesta el deseo de renovación y sanidad en las vidas de todos los que se congregan en él.
NUESTRA INVITACIÓN: Si buscas la verdad, tenemos algo que ofrecerte. La verdad sobre ti, la verdad sobre Dios, y sobre otras cosas importantes. Seguramente no podremos satisfacer todas tus preguntas, pero Cristo puede hacerlo. Ven y visítanos.