Psicología Transpersonal Canina

Mi nombre es Chema Santos, por varios avatares de la vida, y gracias a mi trabajo, ésta me llevó hace años a entrar en el mundo canino, dedicándome en cuerpo y mente a este animal, cuanto más estaba con ellos, más quería aprender.
Poco tardé en querer saber más del mundo que me apasionaba, y en 2007, el alma me llevó a encontrarme con el adiestrador canino Raimon Gabarró.
Éste me abrió una puerta nueva al concepto de adiestramiento, el adiestramiento "cognitivo-emocional", éste giró mi forma de adiestrar y conocer al perro, pero aún más, me llevó a investigar más y querer saber más acerca de diferentes formas de entender a un perro.

Pero parece ser que mi espíritu investigador no se quedaba ahí, y quería hacer y saber más, y como el alma es sabia y te pone lo que pides, de la mano de Raimon Gabarró conocí a la mujer que me ha vuelto a girar, teniendo presente todos mis aprendizajes anteriores, el concepto del perro.

Esa increíble persona es Inmaculada Izquierdo, fundadora y directora de la Escuela de Arte Terapéutico, ella, enlazando sus grandes conocimientos y vasta experiencia en el mundo de la terapia humana, me hizo ver todo lo completo que puede llegar a ser un perro.
Aprendí lo íntimamente ligado que está un perro a su propietario, o mejor dicho un humano a su perro. Me enseñó a todo lo que un perro puede estar "hablando" sobre su propietario/os, aprendí la importancia de tener un perro, la importancia de saber por qué, mejor dicho, "para qué" un perro llega a mi vida.
"Chema, tus perros te "hablan" constantemente , sólo tienes que querer aceptar lo que dicen de ti". Suele decirme Inmaculada.

Y es que lo que el perro nos muestra suelen ser cosas que nosotros no queremos ver, y si las vemos, las ocultamos, y si salen a la luz, las negamos, y si las negamos, se enquistan, y si se enquistan, probablemente produzcan enfermedad.

Aprendí con ella, y sigo haciéndolo, que el perro es mucho más que un animal, es un sabio, un sanador, un espejo, es.... En definitiva, una de tantas herramientas que tiene el humano para verse, aceptarse, amarse y sanarse.

Pero por desgracia muchas veces ni lo vemos y pasan y pasan perros por nuestra vida sin escuchar lo que nos claman a "gritos"