El templo fue construido en el s. XVI, por orden del arzobispo de Valencia, San Juan de Ribera, que mandó derribar la mezquita y dedicar la nueva iglesia a San Sebastián. En dicha época solo estaban construidos el presbiterio, el crucero y el siguiente tramo (S. Francisco y Virgen de los Dolores). Las reformas más importantes son de 1850 y principios del s. XX, coincidiendo con la erección como vicaría en 1852 y la creación de la parroquia en 1902.
La iglesia es de planta rectangular con nave central y capillas entre contrafuertes. En los laterales del presbiterio se sitúan la capilla de la comunión y la sacristía, sobre la cual se ubica el coro. En el fondo de éste encontramos el pasillo y la puerta, actualmente tapiada, de acceso al sitio que se nombraba “la sepultura”.