A principios de la década de los 80 la familia Domínguez-Fernández adquirió este viejo moliño del siglo XVIII situado en la parroquia de Dena (Meaño), en el corazón del Valle de O Salnés. Después de más de diez años de trabajo y dedicación abre sus puertas en 1995 como restaurante culminando así un sueño familiar, recuperando un espacio único que combina arquitectura tradicional con la cocina típica gallega.