Monasterio San Juan de Ortega: Albergue del Camino de Santiago

El Albergue de San Juan de Ortega forma un todo con el Monasterio de San Juan de Ortega. De hecho, todo el complejo del Monasterio se fue formando alrededor del antiguo Hospital de peregrinos y de la capilla de San Nicolás que hizo el Santo alrededor del año 1150.

Hoy el conjunto monacal de San Juan de Ortega incluye la Iglesia de San Juan de Ortega, la capilla de San Nicolás de Bari, el claustro mayor o de los Jerónimos y el claustro menor o “claustrillo” cuyas dependencias están destinadas al albergue de los peregrinos.

Desde el claustro herreriano o de los Jerónimos se pasa al claustrillo por un pasillo que ocupa la parte norte de la capilla de san Nicolás. Este claustrillo, también denominado el claustro viejo y el convento de los canónigos regulares, es más antiguo que el claustro mayor. Aquí late y se siente más próxima la presencia de San Juan de Ortega. Si bien es cierto que en este lugar levantó el santo el hospital de peregrinos y la casa de la comunidad, lo cierto es que de aquello, hoy en día, no queda casi nada, ya que se ha ido modificando a lo largo del tiempo.


San Juan de Ortega (1080-1163), nace en Quintanaortuño, un pequeño pueblo a escasos once kilómetros al norte de la ciudad de Burgos. El Santo murió a la edad de 83 años, el 2 de junio de 1163, y su memoria se honra desde entonces en la humilde tumba, que es una piedra desnuda, de la Iglesia del Monasterio que lleva su nombre. Desde aquí sigue impartiendo su ayuda y facilitando el camino a quienes pasan haciendo la peregrinación a Santiago.

Fue compañero y continuador de la obra de Santo Domingo de la Calzada. Hasta el 1109, fecha en la que falleció Santo Domingo, fue su fiel amigo y colaborador en las obras del camino de Santiago durante quince años. Juntos, el anciano Santo Domingo y el joven San Juan, con el apoyo del rey Alfonso VI, llevaron a cabo una de las más ingentes obras de la Edad Media, según el sentir de varios autores.

Peregrinó a Roma y a Tierra Santa y a su regreso, hacia 1113, se retiró a un lugar apartado de los montes de Oca que, por estar plagado de maleza y ortigas se denominaba Ortega. Aquí empezó su obra más personal, aquí empezó lo que hoy es el Monasterio de San Juan de Ortega. El convirtió este lugar inhóspito y peligroso, donde abundaban los reiterados asaltos de los bandidos, en un lugar seguro, en un refugio para los peregrinos.

Poco a poco, se fueron incorporando numerosas personas para colaborar en las labores hospitalarias; surgió pronto la necesidad de organizar esa creciente comunidad. Nació entonces, hacia 1138, el Monasterio de San Nicolás, que desde el primer cuarto del siglo XIII recibió el nombre Monasterio de San Juan de Ortega. El mismo Santo congregó a su alrededor una comunidad de personas que se dedicaron a la ayuda del peregrino y que fue incluída dentro de la Orden de Canónigos Regulares. Esta Orden decayó con el paso del tiempo y pasó a ocupar el Monasterio la Orden de los Jerónimos. Esta Orden tomó en 1432 la decisión de instalarse en San Juan de Ortega y el 8 de enero de 1434 tomó posesión del mismo con todos sus bienes y rentas. En sus inicios el Monasterio dependía del de Fredesval y más adelante en 1442 inicia una nueva vida como Monasterio Jerónimo independiente y autónomo. Esta etapa habría de durar hasta el 1835, fecha en la se lleva a cabo la desamortización del Monasterio y en la que da comienzo un nuevo periodo de tiempo, caracterizado por un deterioro continuo y la ruina de gran parte del mismo