En pleno Eixample de Barcelona se deja vivir uno de los espacios con más corazón de la ciudad y que sin duda late con un carácter especial. Como si se tratase del apartamento de una artista neoyorkina, este local adopta el nombre de la reconocida galerista del mítico barrio de Chelsea, Mary Boone. De este modo le rinde tributo respirando arte en cada rincón. Un espacio que une la creatividad de cada detalle decorativo, las conversaciones entre el artista y su público, la música como banda sonora de vivencias y copas que sorprenden y enamoran.