La irrupción de Little Italy en 1988 revolucionó el panorama gastronómico de Barcelona. En aquel momento, no sólo fue una agradable sorpresa gastronómica, sino que durante más de dos décadas ha sido uno de los restaurantes de referencia en el Born de Barcelona. Buena parte de su éxito se debe a su espíritu innovador, lo que le ha valido para renovar su puesta en escena cuantas veces ha creído necesario.