Las manzanas más altas de Aragón, cultivadas a 1.170 metros de altitud, hace posible que los manzanos medren en su hábitat ideal: el frío nocturno, la abundancia de lluvias veraniegas y las bajas temperaturas máximas, hacen que el sabor será único e incomparable. Dulces, crujientes y con un magnífico color, no pasan desapercibidas.
Con mucha ilusión y mucho trabajo hemos transformado un antiguo prado de siega en una moderna plantación de manzanos, de tres variedades: Royal gala, Granny Smith y Golden. Nuestros manzanos, son jóvenes, apenas 16 meses, pero gracias a su ubicación, este año ya podremos degustar su fruto con la máxima.
Pensamos que hay posibilidades aún para los pueblos de montaña, y sus gentes.