La Meca

La Meca ofrece diversas y estimulantes posibilidades de diversión. Abierto de viernes a domingo y fiestas de guardar desde la tarde hasta la madrugada, lo que lo hace ideal para ir a tomar café y si te apetece liarte hasta que el cuerpo aguante. El café en La Meca no se toma a la ligera y sansacabó. Lo suyo es un buen café, y seguir con copa y cigarro aliñao mientras charlas y despotricas con los colegas y escuchas las especialidades musicales de la casa: rocanrol y punk urbano, callejero y combativo del país (La Polla, Los Suaves, Fito, Boikot, Extremoduro, Marea... no suelen faltar en el menú musical).

Si te gusta leer puedes hacer más ameno el café echándole un vistazo a las revistas "El Jueves", "Cáñamo" e "Interviú". Si te gustan los deportes de bar, la oferta también es amplia porque puedes mostrar tus habilidades y jugarte unas rondas con el futbolín, el billar, la diana, el pinball (tranquilos que no hay tragaperras), y también al ajedrez (La Meca es el único garito y/o bar en el que la gente juega con ese tablero que yo veo tan difícil). Si lo que os va más son los juegos enviciaos de los bares, tranquilos porque en La Meca nunca faltan barajas, cubiletes (cubeta en solanero), tres en raya, y ala a pedir rondas y rondas a ver quien paga.

Como podeís imaginar el ambiente de La Meca invita a la permanencia y el acople ya sea con los cafeses, el cubateo, las birras y la cata (directa o indirecta) de güenas yerbas medicinales mientras miras al Ché Guevara o a Camarón, por lo que el mejor sitio para resistir horas y horas es la estancia del fondo donde podrás repanchingarte comodamente en sus asientos. Durante el verano, la terraza que montan en la placilla al lado de unos árboles enormes se convierte en el lugar ideal para olvidar el caloruzo y echarse unos botellines o tercios fresquitos a la noche.

La Meca, buen ambiete, libertad y fauna diversa: punkis, jevis, modernillos, bakalas, invitados a bodas que prefieren un "café" por ahí antes que la ceremonia en la iglesia de al lado, pandillas jóvenes, parejas con sus niños, obreros, algún pijillo, agricultores y cultivadores de todo tipo, estudiantes, intelectuales de taberna y botellín, bohemios rurales, perros y gatos, fumetas todos, encontramos un sitio donde estar y ponerse a gusto...un lugar diferente. Y ya lo dijo el profeta: "todo buen creyente debe peregrinar al menos una vez a La Meca", pero si puedes más a menudo, mejor.

La Meca, ¡¡qué garito galán!!