La Hortezuela de Océn

La Hortezuela de Océn es un municipio español de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Tiene una superficie de 19,89 km² con una población de 50 habitantes censados a fecha de 2016 y una altura de 1103 m.

Recursos naturales
Reúne un gran número de recursos naturales, histórico-artísticos y etnológicos. Muestra de ello es que buena parte del territorio de la Serranía de Guadalajara se encuentra protegida por espacios naturales tales como los parques naturales de la Sierra Norte de Guadalajara y del Barranco del río Dulce.
Concretamente en La Hortezuela de Océn, la cháchara de los pájaros, el sonido del búho, la estampida de las perdices, la figura huidiza del corzo, los ciervos y jabalíes entre los pinares y el espectáculo de las encinas y plantas aromáticas, quita protagonismo al paisaje ocre, marrón y verde, con lomeríos, típico de la Alcarria, palabra árabe que significa, según algunos, terreno alto, raso, de poca hierba, y, según otros, lugar de pueblos pequeños, alquerías

Por el norte, bordea el perímetro de la carretera comarcal el río Lamadre, afluente del río Tajuña. Por el sur, un arroyuelo con más voluntad que agua, recorre la vega, baja al pilón y alimenta la pila del lavadero. Hay fuentes con fama de milagrosas, como la que brota en el camino hacia Sotodosos, y una laguna, circular, de 600 pasos de circunferencia.

Fiestas tradicionales
Celebra sus fiestas patronales el día 20 de enero, en honor a San Sebastián, y el último Domingo de mayo la Virgen de Océn.
También celebra sus fiestas en honor a San Sebastián durante el verano, en el penúltimo fin de semana del mes de agosto.

Otras costumbres suceden el día de San Isidro, patrón de los agricultores, dónde se prepara la sopeta (pan con vino y azucar). También en nochebuena se hace la luminaria, que es una hoguera que ocupa la mayor parte de la plaza y dice la tradición que es para alumbrar y calentar al niño Jesús.

Arte y monumentos
- Ruinas del antiguo castillo de Santa María de Almalaff
Históricamente, fue este un lugar frontero y transitado durante la Baja Edad Media.
Situado en la Sierra de Guadalajara lindando con el Señorío de Molina y muy próximo a las ciudades de Sigüenza y Medinaceli, el pueblo de La Hortezuela de Océn figura en el límite occidental del señorío de Molina, cuando Don Manrique de Lara extendió el fuero molinés, dándole fronteras. De esta antigua población quedan muy pocos restos, habiéndose trasladado en siglos posteriores a su actual asentamiento, y perteneciendo sucesivamente al Conde de Medinaceli, y luego a sus señores los duques de tal título.

Su castillo, de origen árabe, se levantó sobre el antiguo poblado de Santa María de Almalaff y fue atalaya vigilante durante esta época, de este valle por donde se abría el río Lamadre. De esta fortaleza árabe y medieval queda sólo un paredón del castillo, con una puerta de arco apuntado y un vano para la ventana. Quedan también ligeros restos de cimientos sobre las rocas cortadas, piedras sueltas y escombros, entre los que aparecen numerosos restos cerámicos medievales, en el que ya existía población desde la época romana y aún anterior, llamado el pueblo de Océn, tal y como lo demuestra la necrópolis celtibérica que en la falda de este cerro excavó el marqués de Cerralbo.

De tanta historia nos quedan hoy pálidas huellas que debemos recordar: de la estancia celtíbera, restos funerarios y cerámicos que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional. De la época romana se han encontrado notables restos de una gran villa residencial, en el borde derecho de la carretera que va en dirección al Parque Natural del Alto Tajo, en lo más declive del valle: junto a los cimientos y muros con restos de pintura, han aparecido monedas romanas, objetos de uso diario, cerámica sigillata y una pieza hermosamente tallada en piedra.

- Ermita de Nuestra Señora de Océn (De orígen románico)
Junto al castillo está la ermita de Nuestra Señora de Océn, que denota haber sido de arquitectura románica, y aún se ve su ábside semicircular, con sencillos modillones bajo su alero. El resto del templo es reconstrucción de este siglo.

- Pueblo de La Hortezuela de Océn
En la villa actual, existe un pueblo chico de calles en radio que convergen en la plaza del Obispo Don Juan, junto al antiguo frontón de pelota. En la plaza nacen los dos barrios del pueblo, el que lleva hacia la iglesia y el que baja a la vega. Las calles son rectas y limpias; las casas, notables -algunas- por sus portones de madera y sus fachadas de arenisca. Destaca la arquitectura rural autóctona, de gran fuerza en sus rotundas portadas de dinteles tallados en grandes piedras, casonas enormes, grandes rejas de hierro forjado, y bellas perspectivas en las calles. También se ven curiosos esgrafiados en algunos revocos más modernos.
Hay un molino de harina y lo que queda de una antigua herrería, que, según se cuenta, fue gobernada por un sabio.

- Iglesia de San Sebastián (Siglo XVI)
La iglesia parroquial de San Sebastián es obra del siglo XVI. Anexo al templo aparece un prado rodeado de un alto muro de piedra. A él se accede por un arco adintelado de piedra con una inscripción de la época, en el que se lee “siendo cura Diego Sanz”. El santuario es de una sola nave, con amplio crucero, que alberga en su interior un espectacular retablo mayor, estimable obra escultórica de comienzos del siglo XVII, salida de los prolíferos talleres de retablistas que en esa época existían en Sigüenza.
Centra el retablo un gran relieve de San Sebastián sufriendo el martirio, y sobre él un Cristo crucificado. A los lados, en sendos paneles de medio-relieve, aparecen dos santos obispos, San Roque, la Natividad con la Adoración de los Pastores, y la Epifanía. En la predela se ven varios relieves menores con escenas de la pasión de Cristo y algunos santos y santas; el Tabernáculo, que forma conjunto con el retablo, y es de la misma escuela, también muestra apreciables tallas.