La Estrecha no bebe, traga.
La Estrecha no come, engulle.
La Estrecha no pide permiso, pide perdón.
Una taberna de barrio con actitud de capital: Callos a la madrileña o quesadillas de capresse, papas con cabrales o bao de carrillera, secreto ibérico o yakitori de pollo.
De copas nada. Aquí se tragan macerados de nuestros propios alcoholes hechos a mano.
Y todo a precio de barrio.
¡Nos vemos en La Estrecha de Lavapiés!