KEEPER Ibiza

LA MAGIA DE LA NOCHE, COMIENZA EN KEEPER Ibiza.
The magic nights of Ibiza, always start in Keeper.

Hablar de Keeper es hablar de historia. Se trata de una marca que lleva en marcha desde 1969, cuando abrieron su primer local en El Escorial (Madrid). En una época en la que en España solo había Salas de Fiestas o “Boites”, se abre un local denominado Discoteca Keeper, siendo el primero en llamarse así en toda España. Debido a su fulgurante éxito, a pesar de que estaba situado a 60 km. de la capital, comenzó una expansión que le llevó a abrir más discotecas en Torrevieja (2 locales), Madrid (2 locales), Ibiza y Marbella.
Es en el verano de 1987 cuando Keeper se instala en la isla de Ibiza y empieza su andadura en el Paseo Marítimo, justo enfrente del Puerto Deportivo Marina Ibiza. Son unos años en los que en esa zona solo se podía disfrutar de la discoteca Pacha, por lo que la aparición de Keeper hace que el barrio comience a tomar más vida por la noche. Hoy en día es una zona primordial, con el Lio Club, el Gran Hotel con su casino, y restaurantes como Heart de Ferran Adrià y el Restaurante Calma.

Keeper siempre ha mantenido una clientela fiel, donde las generaciones se continúan y se mezclan sin problemas, siendo parte del encanto del local. Su espacio interior y su magnífica terraza también ayudan, claro está, pero la calidad de sus clientes es lo que ha conseguido que Keeper se mantenga como un clásico esté donde esté.. siempre te encontrarás con un ambiente excepcional.

Su apoyo a la escena local, musicalmente hablando, le confirma como una excepción en el panorama de clubes ibicencos, donde los promotores y DJs extranjeros son la regla habitual y las superestrellas campan a sus anchas. En Keeper el ambiente es más amigable y es un punto de encuentro para residentes en la isla y para los que pasan el verano habitualmente en Ibiza. Un equipo profesional y serio, siempre está atento a las necesidades del cliente, le distingue de otros locales donde la distancia y la altivez son moneda corriente. Este cúmulo de pequeños detalles es lo que marca la diferencia y consigue que Keeper sobreviva en un ambiente rebosante de cambios como es la noche de Ibiza.