"Teníamos un hotel y una novela", decía Amory Blayne, el más precoz genteel fittzgeraldiano. Nosotros también: teníamos un hotel y una novela. El hotel, TÓTEM Madrid, y la novela, Hermosos y Malditos, de Francis Scott Fitzgerald. Así empieza nuestra historia...
Un restaurante que se convierta en el corazón del hotel y un gran lobby que deviene en una gran coctelería. Un homenaje a la más brillante "generación perdida", esa que supo ver belleza en el fracaso y hondura en la victoria.
Es decir, la quintaesencia de la vida, que quedaría huérfana sin una buena comida, mediterránea con un toque neoyorquino, y los cócteles más cuidados y cosmopolitas.
Pensamos que bastaba con esto para que, a partir de aquí, cada uno empiece su propia historia...