Los chimpancés y macacos que viven en MONA son animales que provienen de decomisos y que han tenido un pasado muy difícil o incluso cruel. Muchos de ellos habían sido utilizados en el espectáculo. Otros habían sido criados por familias humanas como si se tratara de niños, hasta que al crecer se volvieron incontrolables y fueron encerrados en jaulas pequeñas. Todos ellos fueron separados de sus madres desde pequeños y no tuvieron la oportunidad de establecer vínculos sociales con sus congéneres. Nunca llegaron a entender qué son en realidad: animales salvajes o humanos.
El aislamiento, la soledad y el trato lamentable de sus anteriores cuidadores han ocasionado problemas físicos y psicológicos de los que se intentan recuperar con una nueva vida en Fundación MONA.
Encontrarás más información sobre nuestro trabajo en: www.fundacionmona.org