Diseñamos jornadas vivenciales altamente dinámicas, basadas en la interacción con caballos.
Esta interacción produce un efecto positivo sobre las emociones, al tiempo que invita a la reflexión, produce comprensión inmediata y genera cambios en la percepción que uno tiene de sí mismo, de las circunstancias y del entorno.
Los resultados de la interacción quedan registrados en el sistema límbico (también llamado "cerebro emocional"), donde dejan una memoria imborrable.
La experiencia influye decisivamente a nivel personal y profesional, ya que aporta nuevo y valioso conocimiento sobre uno mismo y las áreas vitales donde podemos crecer.
En relación a lo emocional, el caballo que ha sido domado de manera natural y respetuosa es un ser de una exquisita sensibilidad en su trato con los humanos, lo que permite establecer una comunicación desde nuestra autenticidad, que el caballo recibe con entusiasmo e igual respeto, devolviéndonos momentos de verdadera alquimia humano-equina.
Es por eso que nos ayuda también a convertirnos en mejores líderes para nuestros equipos, mejores maestros para nuestros alumnos y mejores personas para nuestra relación con el mundo.