Había una vez una niña que se crió entre máquinas de coser telas e hilos. Esa niña creció sin hacer mucho caso a lo que habitualmente veía, pero un día se despertó en ella el gusanillo de la aguja y las telas. Comenzó hacer punto de cruz, alguna que otra manualidad y entró de lleno en el mundo de la costura. Le apasionan las telas, los lazos, los encajes y todos los complementos que hacen único un diseño. Vivía en un pueblito pequeño en el que no había lo que ella buscaba, así que decidió montar El costurero Real Mercería para hacer llegar a cualquier parte todos esos adornos que ella soñaba con tener al alcance de su mano.
Yo era esa niña y en mi "costurero" podrás encontrar todo lo que necesites para tus diseños.
Puedes preguntar sin compromiso porque estaré encantada de poder atenderte.