Todo comienza como una ilusión.
Mi adolescencia en mitad de Londres, viviendo de aupair, queriendo pagarme miles de cursos para mejorar mi inglés, queriendo visitar miles de lugares, con miles de sueños en la cabeza decido emprender Dulces Lessons como algo personal para enseñar español.
La cosa sale bien, nos incluyen como actividad extraescolar en un colegio, nos desplazamos a Tanzania y seguimos soñando y adquiriendo buenas y malas experiencias que nos hacen crecer, mejorar, enfadarnos y hasta volver a empezar en nuestra Asturias del alma.
No sabemos muy bien si ahora enseñamos español, inglés o intentamos cambiar el mundo, lo que sí tenemos claro es que seguimos poniendo todo nuestro corazón en ello y sembrando pequeñas miguitas allá donde vamos.