Todo empezó en 1966, cuando Jean Desjoyaux construyó con sus propias manos la primera piscina de la familia, entonces deseoso de compartir una determinada idea de bienestar con los niños y los amigos. Transformar cada instante en un momento de placer, ver un día todos los jardines vestirse de azul y cubrirse de risas... Sobre estos valores de convivencia se creó la empresa Desjoyaux, en la actualidad primer fabricante mundial de piscinas enterradas, con más de 14.000* realizaciones al año en los 5 continentes. ¿Cuál es el secreto de este éxito? La innovación con 2 conceptos exclusivos y diferentes (la estructura monobloque y la filtración sin canalización), la calidad de una fabricación artesanal llevada a escala industrial, las infinitas posibilidades en lo que se refiere a la forma, las opciones de equipamientos, etc.