Si el crossfit és una religión, el box es nuestro templo donde los devotos acuden a practicar su credo -¡o purgar sus pecados!- para salir mejorados. Te ofrecemos, a modo de resumen, lo que puedes encontrar y lo que no en un box de crossfit.
Lo que no encontraremos
1 – La primera sorpresa es que, tratándose de un deporte de fitness según su propia definición, no hay espejos. En cualquier sala solemos encontrar espejos. En un box, jamás.
2 - Tampoco veremos televisiones como suele haber en las salas de fitness corrientes delante de las cintas para correr o las bicis estáticas. Podrían explorarse los beneficios de proyectar imágenes inspiradoras, pero tal vez iría contra la necesaria concentración que deben tener los crossfiteros para hacer bien los ejercicios.
3 – Finalmente, tampoco hay máquinas de musculación, ya que los ejercicios suelen hacerse con el peso corporal, kettlebells, barras u armatostes como las ruedas de camión.
Lo que sí encontrarás
1 – Una sala enorme. El techo es mucho más alto de lo que suelen ser las salas de fitness, al estilo de los centros de gimnasia deportiva, y el espacio no está interrumpido por ninguna pared. Del techo cuelgan cuerdas para trepar y anillas para hacer ejercicios gimnásticos. Todos los deportistas entrenan juntos para poder cambiar de ejercicio continuamente, aprender de los compañeros y, por qué no, competir entre sí.
2 – Suelos y paredes duros que aguanten la caída de las barras con pesos, los impactos de martillazos o bolas medicinales y el peso de las barras de dominadas.
3 – Pocas máquinas fijas para conseguir una sala dinámica y abierta a todo tipo de actividades. Se deben poder establecer circuitos distintos a cada sesión. En un box deben poder hacerse pequeños sprints al tiempo se deben poder colocar una docena de cajas en las que saltar y otra docena de barras con pesos que no molesten a la hora de hacer flexiones o burpees a otros deportistas