La idea surgió gracias a una combinación de viajes y experiencias de sus fundadores (sí, adivinasteis, tres argentinos).
Fanáticos del helado artesano, decidieron fusionar las tradicionales paletas mexicanas con el meticuloso proceso de elaboración artesanal del helado italo-argentino, combinando así lo práctico divertido, fresco y práctico de los polos con la calidad, el detalle y la excelencia del tradicional helado de crema artesanal.