Al coger a tu hijo en tus brazos por primera vez, además de adorarle, descubriste que era una personita maravillosa, pero frágil y con unas capacidades todavía muy limitadas. Durante sus primeros años tendrá lugar una evolución increíble, la más importante y rápida de toda su vida, y tú, su mamá, puedes ser una parte activa y transcendental para que todo ese proceso se desarrolle de forma más sencilla y feliz. Tarde o temprano todos los niños logran superar cada etapa, pero con tu ayuda, tu hijo lo hará seguro y confiado, con la autoestima alta porque es consciente de tu apoyo y tu amor incondicional. No se trata de criar cerebritos, sino de despertar sus capacidades para que el niño se enfrente al mundo con todo su potencial y la ayuda de mamá y papá.