La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la quiropráctica como la profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de las alteraciones del sistema músculo-esquelético, y de los efectos que producen estos desórdenes en la función del sistema nervioso y en la salud en general.
Para entender cómo actúa la quiropráctica, es esencial recordar que todas las funciones del cuerpo humano son controladas por el sistema nervioso, formado por: el cerebro, la médula y los kilómetros de nervios que salen de la columna vertebral hacia músculos y órganos de nuestro cuerpo.
Fijaciones o bloqueos en las vertebras pueden provocar una alteración en el correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso y nuestro cuerpo.
El quiropráctico trabaja con sus manos sobre la columna vertebral.
El objetivo del quiropráctico es detectar y corregir las subluxaciones (bloqueos o fijaciones que se producen en la columna) para mantener el buen funcionamiento del sistema nervioso, que depende de una columna vertebral sana.
A través del ajuste vertebral manual recuperamos la posición correcta de las vertebras, restituyendo la movilidad y devolviendo a los nervios espinales su capacidad para transmitir los impulsos hacia todas las partes del cuerpo, lo que hace que el organismo recupere el estado de bienestar.