Desde una altura superior a los 100 metros, el río Xallas se precipita en una caída casi libre a la ría de Ézaro frente al cabo Finisterre en el océano Atlántico.
Este fenómeno ya fue descrito por el Padre Sarmiento en su “Viaje a Galicia”, en 1745:
“No pude acercarme a ver como se despeña, pero pasé muy cerca del sitio, y me informé, que cae no haciendo salto o catarata, sino precipitándose y haciendo cascada y haciendo un pozo de inmensa profundidad, y peligroso y levantado uno como monte de espuma y polvoreda, pues el Ézaro lleva mucha agua”.