Este restaurante centenario, o casi, que se había llamado Cal Sardineta y La Campana, se lo quedó Alfredo Freixo en 1985, y aprovechó la ocasión para rebautizarlo con su nombre.
Cocina gallega y platos catalanes y vascos de toda la vida: lacón con grelos, cocochas y rodaballo a la donostiarra, fricandó y chanquetes con huevo. Un día, Joaquim Maria Puyal dijo por la radio, en medio de un partido del Barça, que en esta casa se comían las mejores gambas de Barcelona, y el comentario le ha proporcionado mucha clientela, pero también la obligación de mantener una gran calidad.
Las especialidades de la casa son entrantes mediterráneos, pescado fresco del cantábrico, marisco gallego, carnes a la brasa y un amplio surtido de repostería.