Caminito Pendiente

Cuando era pequeña mi padre tenía, en un barrio de Buenos Aires, una pizzería y, un poco más allá, un pub. Recuerdo con especial emoción aquellos días en los que iba con él y quería hacer de todo, desde lavar las copas y amasar, hasta hacer los pedidos y servir. Pero eso hace muco que quedó en un bonito recuerdo.
Hoy, después de muchos años pero realmente MUCHOS años, puedo hacer mi sueño realidad. A decir verdad, sólo seré un pequeño eslabón más de este proyecto que nació hace dos meses pero que estuvo latente en mí desde que era una niña y que, finalmente, está viendo la luz.
Gracias al padre de mis hijas, a mis hijas y a toda esa revolución de ideas que había en mi cabeza, inauguramos por fin nuestra pequeña tapería. Hemos puesto mucho trabajo, cuidado y amor en cada uno de los rincones de este pintoresco local. Las mesas, las sillas, hasta los más mínimos detalles los hemos hecho nosotros. La mano de obra vino especialmente por parte de Sergio, Brenda e Iara, y yo hice todo cuanto pude en el tiempo que no trabajaba.
Puedo garantizar que este lugar está totalmente lleno de cariño, sueños e ilusiones. Esperamos que podáis encontrar, en nuestro Caminito, el ambiente idóneo para poner en vuestras vidas cinco minutos de tranquilidad, ya sea desayunando, tomando unas tapitas con un buen vino o una cervecita bien fresquita o disfrutando de una buena reunión en grupo. Se podrán hacer reservas, con disponibilidad de un menú adicional a las maravillosas tapas caseras que ofreceremos habitualmente.
Poco me queda ya por decir más que esperamos veros a todos en este pequeño local con mesas de colorines y sillas desiguales, en el que deseamos que encontréis un refugio en medio de tanta cotidianidad.
Sólo os pediré una cosa: paciencia. Queremos daros lo mejor y, si veis que hay algo en lo que podamos mejorar, de buen grado escucharemos vuestras sugerencias. Os esperamos en este nuestro Caminito Pendiente, que abrió sus puertas el 07.10.2016

Un saludo, Lorena.


Queremos y sentimos que debemos agradecer a quienes nos han ayudado a hacer de este proyecto algo posible y, ahora, una realidad. Por ello, muchísimas gracias a Iago, Álex, Carlos, Irina, Estrella, Emilio, Gerardo, Miguel, Antonio, Gustavo y Flavia.