La entrada a Pelayo Bar indica el punto exacto en el que se situaría el Giraldillo si La Giralda de Sevilla se cayera. Cuenta con dos salones: el interior es vanguardista, con guiños a conocidos barrios de Nueva York y una iluminación celestial; el exterior, una mezcla de bodega taurina con detalles que recuerdan a Blade Runner en el techo. Ambos salones están conectados por un jardin vertical tras el que se esconde la cocina creadora de sus fabulosas tapas.