Se ha comentado que todo comenzó cuando Pedro Conesa Ortega, Pedrín, adquirió tras la guerra civil una cafetera a la que se le estropeó el filtro. Ese hecho ocasionó que en el café aparecieran impurezas que el dueño del local se propuso eliminar echando canela, leche condensada y coñac para disimular el sabor, al tiempo que emulsionaba con la presión de la cafetera para que la espuma ocultara los posos.
En los años 50 se incorpora como ayudante de Pedrín un jovencito camarero llamado Pepe Rosique, que había nacido en El Jimenado (Torre-Pacheco) y que es el actual propietario del popular establecimiento. Junto a su primo Domingo Pedreño Rosique te los sirven exquisitos y en un santiamén, siendo los auténticos reyes del asiático. El amigo Domingo explica que Pedrín le contaba que en el asiático unió a Cartagena y Murcia. En su establecimiento paraban murcianos que le solicitaban el típico belmonte y cartageneros que pedían carajillos, así ideó la fusión de ambos.