Lo que diferencia a nuestra Fundación de las múltiples organizaciones asistenciales que han ido surgiendo en la Iglesia desde el siglo XX es su carácter eminentemente pastoral. Esta dimensión pastoral de nuestra ayuda resulta menos espectacular que las acciones de ayuda humanitarias emprendidas con ocasión de catástrofes y otras situaciones de miseria en el mundo, pero al mismo tiempo es absolutamente esencial para aliviar las necesidades espirituales del hombre.