Abadía del Sacromonte

A finales del siglo XVI, en unas cuevas excavadas junto al valle de Valparaíso, extramuros de la ciudad de Granada, fueron encontradas unas láminas sepulcrales, restos humanos y otros objetos muy singulares: los Libros Plúmbeos, planchas circulares de plomo, escritas en árabe, donde se narra una mezcla de relatos cristianos y mahometanos. Ya desde su localización provocaron una encendida polémica y también hoy atraen a estudiosos e investigadores.
El monte pasó a ser considerado sagrado, lugar de peregrinaciones: Sacro Monte, al reconocerse que en este lugar sufrieron martirio los primeros evangelizadores de la Bética, entre ellos San Cecilio, patrón de Granada.
El entonces arzobispo de Granada, Don Pedro de Castro, erigió la Abadía como lugar de culto cristiano en homenaje a los mártires. En 1610 se inauguró la Iglesia Colegiata que actualmente alberga la imagen del Cristo del Consuelo (de los Gitanos); durante los siglos XVII al XIX el complejo continuó su construcción y crecimiento: centro de educación para la juventud, residencia, etc.
Desde el siglo XVII fue Colegio de Teólogos y Juristas, después, durante más de un siglo, Facultad de Derecho y, posteriormente, a mediados del siglo XX, colegio de segunda enseñanza.
A lo largo de los siglos, la Abadía ha ido acumulando un rico patrimonio artístico, bibliográfico y archivístico. La imaginería barroca granadina, así como la pintura y la orfebrería están abundantemente representadas en las cuatro salas de su museo. Posee también una valiosísima biblioteca con fondos de gran importancia; entre ellos destaca la colección de incunables, manuscritos árabes, griegos y castellanos. Igualmente guarda una colección única de grabados del siglo XVII, sobresaliendo la Plataforma de Vico, el plano más antiguo de la ciudad de Granada.
En la actualidad, se trabaja para la restauración del conjunto monumental y la revitalización de la Abadía como centro de evangelización, de memoria, de oración, de peregrinación, de estudio y de caridad.