La principal ocupación de un niño es la de jugar y aprender, jugando los niños se divierten a la vez que aprenden. El juego elegido, requiere de una motivación intrínseca que les lleva a la acción y a través de ésta, los niños se descubren así mismos y descubren el entorno que les rodea, crean experiencias nuevas, crean alternativas, tratan de resolver problemas, aprender a usar su cuerpo, a coordinar el movimiento, a planificar y a organizarse. También adquieren destrezas cognitivas nuevas y todo ello en su conjunto posibilita el éxito en el desempeño de la tarea, lo cual, les permitirá afrontar con más garantías los retos de sus aprendizajes futuros.