Porque cómo producimos, cómo vendemos y cómo consumimos, sí que importa:
- Producto ecológico certificado
- Producto local, comprometido y sostenible
- Sabores y saberes en peligro de extinción.
- Con los mínimos intermediarios posibles.
Cada alimento una historia, una familia... un paisaje.
Tú decides, ¿qué vas a poner hoy en tu plato?