Me llamo Mª Eugenia y un buen día cambié la vorágine de la gran ciudad, por la paz en el campo y el contacto con la naturaleza.
Compré en el 2012 un edificio ruinoso pero lleno de encanto y posibilidades donde hoy se ubica la Posada. En la rehabilitación se utilizaron materiales nobles como la piedra y la madera y tantos elementos arquitectónicos originales como el estado de la casa nos permitió. La cuidada decoración de la casa de ha llevado a cabo conjugando confort y tradición.
En las zonas comunes, un salón de 80 metros con chimenea, invita a charlar, relajarse,o a leer al amor de la lumbre, mientras se degusta un café o una copa del buen vino de nuestra tierra.
Las seis habitaciones, cada una con nombre y personalidad propia, son amplias, luminosas y acogedoras Se ha prestado una especial atención al confort de los colchones y las almohadas para que, ayudados de la paz y el silencio se respira os ayuden a un sueño reparador.
Tengo la inmensa suerte de hacer lo que más me gusta, recibiros y hacer que os sintáis como en vuestra casa, intentando siempre ofreceros un servicio personal y único, siempre con el afán de hacer vuestra estancia en La Posada del Buen Camino una experiencia inolvidable. ¡Os espero!