Somos labradores y artesanos.
Somos labradores que durante generaciones cultivamos las pequeñas pero fértiles tierras alrededor de nuestras casas para cosechar los alimentos de los que dependía la supervivencia de la familia. Y somos artesanos que también durante generaciones aprendieron las recetas tradicionales para elaborar pan, quesos, dulces...
En nuestro subconsciente pesa la experiencia de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros orígenes. Cultivar y elaborar siempre ha sido nuestra forma de vida y lo hacemos prácticamente igual que hace cientos de años.
Compartir contigo el fruto de nuestro trabajo con una política de comercio justo, de respeto a las tradiciones y de desarrollo sostenible es nuestra apuesta, la apuesta de LA CASA DE LA ALDEA, que ahora también es tu casa.