Foz de Binies

El término aragonés “foz” hace referencia a una garganta o angostura de un valle de montaña; lo que en castellano se denomina “hoz”.

En la comarca de la Jacetania, y entre los municipios de Valle de Echo, Ansó y Canal de Berdún, discurre el río Veral. Éste, vierte sus aguas cristalinas al final de su viaje, desde Zuriza, en el río Aragón, dentro del municipio de Villareal de la Canal. Entre las localidades de Biniés y Santa Lucía se encuentra una sobrecogedora garganta que es atravesada por la carretera A-1602 que sube hasta el valle de Ansó y por el propio río. Es en este breve tramo del río, encerrado entre altas paredes calizas donde se sitúa la foz de Biniés, una de las más bonitas de todo el Pirineo.

Es un corto tramo de tres kilómetros de longitud, con paredes de más de 200 metros de altura y en el que algunas zonas no tienen más de 50 metros de amplitud. En su interior se produce un duro contraste de luminosidad que se va modificando según avanza la luz con el constante movimiento del sol. Se trata de un profundo desfiladero de roca caliza, que el río en su lento pero constante fluir ha ido esculpiendo a lo largo de los años.

La mejor forma de no perderse detalle de este impresionante paisaje es recorrerlo a pie, para poder observar en toda su magnitud los verticales cortados de piedra caliza, con repisas y oquedades en los que anidan multitud de aves rupícolas como los buitres leonados, los alimoches o el protegido quebrantahuesos.

La abundante vegetación está compuesta por carrascas, salpicadas con quejigo y boj, en las zonas más soleadas, mientras que junto al cauce se elevan los sauces mimbreras, tilos o álamos. Estas espesuras son el hábitat perfecto del esquivo urogallo, del que por desgracia ya quedan pocos ejemplares. Aunque sin duda un precioso espectáculo al que podemos acceder es la caza del martín pescador, que se nutre de las magníficas truchas que habitan las aguas de Veral.

Justo antes de la entrada al desfiladero, en la estación de aforos, hay una pista que tras treinta minutos de zigzagueante ascensión por un cerrado bosque de verdes pinos conduce a un excelente mirador, desde el que se obtienen unas panorámicas excelentes de la foz y los roquedos cubiertos en algunos tramos por la frondosa veg