Day me mima

Somos personas a las que nos gusta especialmente el cuidado de los más pequeños. Nuestra filosofía se basa en el hecho de que lo más importante para los niños es que pasen los primeros años de su vida en un entorno familiar, donde se les pueda atender de forma completa y por lo tanto, individualizada.
Un lugar, donde puedan aprender cosas por sí mismos, compartiendo sus actividades con un número reducido de niños. (Máximo 4) De esta forma, aprenderán a interaccionar entre ellos también.

Las madres de día ofrecemos nuestro hogar (adecuadamente adaptado y equipado) para atender y cuidar a los niños con edades comprendidas entre 4 meses y 3 años, en grupos muy reducidos (3-4 niños). Esta es la principal ventaja que ofrecemos. Al ser pocos niños podemos conocer las pautas, la necesidades de sueño o hambre, por ejemplo, los gustos o las costumbre de cada uno. Además ofrecemos a los padres la posibilidad de pasarse a verlos (siempre dependiendo de cómo se adapta el peque), a darles el pecho o incluso a participar en alguna actividad si quieren.
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Cuando llega el momento de dejar a nuestros pequeños en manos de alguien para que lo cuide porque tenemos que volver a trabajar aparece la disyuntiva de dónde dejarlo. Es una decisión complicada, que hay que tomar después de valorar diferentes opciones. Muchos padres dudan entre una escuela infantil o un cuidador en casa. La principal ventaja de dejarlos a cargo de alguien en su casa, en la casa de una madre de día, radica en la atención individualizada que el peque va a recibir. En Day me mima, será tratado con cariño y respeto. Además de la cierta flexibilidad que un momento dado podemos ofrecer tanto en horario como en alimentación.

Esta profesión se encuentra presente desde hace años en países como Francia, Dinamarca, Reino Unido o Portugal, entre otros. En nuestro país es un servicio que no ha sido difundido y es muy poco conocido, aunque cada vez son más las personas que deciden dedicarse a esta labor.
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La madre de día establece una relación de calidad, basada en el cariño, que nutre al niño y le ayuda a superar los obstáculos que va encontrando durante los primeros años de vida. De este modo, le proporciona la base de confianza y valor de sí mismo que necesitará, en el futuro, para relacionarse con los demás y su entorno, con el mismo gesto.