Durante muchos años, se reunían un grupo de amigos andaluces en el Bar Córdoba de Gandia.
Dado el gran número de andaluces que vivían en Gandia y que seguían llegando por razones de trabajo, aquel grupo de amigos decidió fundar una Casa de Andalucía para poder reunirse, relacionarse, mantener sus tradiciones e integrarse de la mejor manera en la sociedad gandiense y de esta forma trasmitir esa rica y extensa tradición a sus hijos y a sus conciudadanos.