La burrata anhela un baño de aceite, oro líquido. La albahaca se siente importante, su relación con el ‘taleggio’ sigue adelante. El ‘zabaione’ se desentiende de la carta de postres para aliarse con un rape con garotas; porque lo vale. Y por supuesto los spaghetti se dan una vuelta a bordo de unas ‘vongole’ mientras el ‘funghi porcini’ y el ‘tartufo bianco’ hacen de Thelma y Louise en el horno, y se juran amistad incondicional perfumando una pizza.