El fín que se persigue con la biomecánica del ciclismo es optimizar el rendimiento del ciclista. La mejora del rendimiento se producirá incidiendo sobre tres aspectos: mejorar la eficiencia, la ergonomía y evitar lesiones. Siendo más eficiente, un ciclista será capaz de producir más potencia con un menor gasto de energía. Además de optimizar la eficiencia, para alcanzar el máximo rendimiento es fundamental que el ciclista se encuentre cómodo sobre la bici, evitando cualquier tipo de molestia o dolor que interfiera en el propio gesto del pedaleo.