El lechazo asado de forma tradicional, ha pervivido durante siglos como el plato más relevante de la gastronomía de Castilla y León. Comer un exquisito lechazo asado, regado con los mejores vinos, en un mesón o restaurante, sigue siendo, desde hace siglos, la mejor manera de celebración con un grupo de amigos o familiares. Una forma insuperable de rubricar un acuerdo, agasajar a un ser querido o de cerrar un buen negocio.
El barro, el fuego y el sabor que aporta el horno de leña son las claves de la tradición y maestría que aporta el plato más sabroso y renombrado de la cocina castellano leonesa.